Con estas palabras define uno de los participantes este fin de semana de convivencias cristianas y ejercicios espirituales de la Comunidad Educativo-Pastoral de Salesianos Atocha, celebrados en Mohernando (Guadalajara).
Al atardecer del viernes día 24 de febrero fuimos llegando a la Granja «El Encinar» y a la Casa de Espiritualidad que los Salesianos tienen en Mohernando, los jóvenes animadores del Centro Juvenil Atocha y los profesores del Colegio con su familias, hasta completar un grupo de más de 110 personas.
Nuestro objetivo, dedicar tiempo a la vida interior, a dejar hablar a Dios y a escucharlo, disfrutando un ambiente de familia, alegría y serenidad.
Es decir, cuidar lo que somos para poder ofrecerlo a toda la comunidad educativa de nuestra casa.
Volvemos contentos y agradecidos de esta experiencia enriquecedora.