Nuestros billetes de vuelo y nuestras mentes nos pedían volver a Madrid, pero nuestros corazones nos amarraban a Chertsey. Pensando que iba a ser un día como todos en el cole, nos encontramos una gran experiencia en el colegio Salesiano de Chertsey. Nos hicieron sentir como en casa, donde el espíritu salesiano no entiende de idiomas.
Sólo nos queda corresponder a nuestros amigos ingleses cuando nos visiten en mayo.
Esto ha sido todo y hasta ahora María Luisa y yo os lo hemos contado.
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