Estas fiestas se preparan por dentro y por fuera.
Por fuera, empezamos a adornar nuestras casas, las calles, las tiendas con motivos de fiesta por el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios, entre nosotros. Pondremos el «belén», el árbol, la corona de adviento, la estrella, el espumillón, las luces de colores….
Por dentro, disponemos nuestro espíritu para descubrir lo mejor que hay dentro de nosotros, para acoger al Niño que llega en las personas con las convivimos, para compartir lo que somos y tenemos.