Algunos de los integrantes del grupo de voluntarios de mayores que trabajan conjuntamente con miembros de la parroquia han escrito un artículo para la hoja parroquial  de esta semana en la que comparten su experiencia y  testimonio. A continuación, reproducimos dicho artículo, cortesía de Alba Duchemin. ¡Gracias  a todos! 

 

 

Desde la parroquia y las aulas del colegio os escribimos para contaros como vivimos nuestra pequeña labor en el voluntariado de ancianos. Somos un grupo muy variado desde profesores hasta estudiantes de primero y segundo de bachillerato, antiguos alumnos de diferentes generaciones y nuestras encargadas de toda la vida. Todos juntos y entremezclados vamos periódicamente a descubrir a las personas más importantes del barrio, nuestros ancianos, a los que ya nos las vemos tanto por la calle. Así que nosotros vamos hasta sus salones y habitaciones donde el corazón ya casi no les cabe, porque a pesare de haber vivido tantos años es enorme, por eso por pequeño que sea el tiempo que les dedicamos todos salimos siempre llenos de esperanza, alegría y amor. Pero como cada voluntario lo vive desde su experiencia mejor dejaros en unas pequeñas líneas condensados nuestros sentimientos.

 

Para mí cuidar de los acianitos ha sido algo nuevo en mi vida y aunque he ido poquitas veces me parece algo fantástico porque ayudas a las personas que lo necesitan y encima recibes muchísimo más. Me encanta hacer este voluntariado porque son todos como mis abuelitos que yo cuido por un tiempo y algunos días, aunque no les conozcas de nada te tratan como si fueras su nieto que viene a cuidarles y te agradecen tu ayuda en cada instante. De momento quiero seguir con esta actividad porque me hace ser persona e ir construyendo mi futuro y si algún día lo dejo lo echaré mucho de menos.

Alba Toril

 

Mi experiencia en el voluntariado de ancianos ha sido muy gratificante puesto que he recibido mucho más de lo que he dado, no hay dinero con que pagar el cariño que nos dan. Además pienso que es una actividad que la gente debería probar ya que llena mucho personalmente.

Alba Sandoval

 

Nunca antes había hecho voluntariado y cuando se me presentó la oportunidad de hacerlo en el colegio Salesianos de atocha, no me podía negar. Así que aquí estoy, intentando dar todo lo que puedo de mí para los ancianos a los que visito junto a otros dos compañeros. Esta es una experiencia muy bonita en la que creo que obtengo mucho más de lo que puedo dar. Recomiendo a todo el que pueda hacerlo que lo intente, que no se arrepentirá y que lo recordará siempre con una pequeña sonrisa pintada en la cara.

Cristina de Pablo

 

Somos una pareja de voluntarias, que comenzamos esta experiencia hace unos meses. La primera noticia que tuvimos sobre este tipo de voluntariado la dieron en los Buenos Días del colegio y desde ese mismo día decidimos apuntarnos, no teníamos muy claro a qué tipo de voluntariado, ancianos, niños, discapacitados… Pero tras escuchar una de las historias de un compañero, nuestras dudas quedaron resueltas. Los días se acercaban y con ellos nuestro entusiasmo. Multitud de ancianos nos esperaban. Nuestra primera visita fue una residencia y las siguientes a las casas de nuestros ancianos del barrio. Cada visita una cosa nueva, una sonrisa o una lágrima que al salir de allí, hacía que todo mereciera la pena. Sin duda es algo que llena, esperamos compartir con vosotros y repetir pronto.

Sandra Pesquero y María Fernández

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