Robert Epstein escribe en Aeon sobre la metáfora de que nuestros cerebros procesan información como los ordenadores. Según él, en los cerebros no hay datos, reglas, software, conocimiento, representaciones, algoritmos, programas, imágenes o símbolos como en los ordenadores. Los ordenadores almacenan o transforman información. Los cerebros no. En la historia de la medicina se han aplicado diferentes modelos a la inteligencia humana. En 1951 George Miller aplicó los conceptos de la computación y la teoría de la información a la mente. La metáfora del procesamiento de información está extendidísima tanto en la ciencia como en la calle. A pesar de ello, Epstein niega que haya representaciones de la realidad en nuestro cerebro. Cualquier actividad cognitiva causa cambios por varias zonas cerebrales, aunque no sepamos qué cambios son. Científicos como Anthony Chemero entienden la conducta inteligente como interacción directa entre los organismos y el mundo. El corolario a estas teorías es que no se podrá «descargar» una mente humana en un ordenador. Los patrones de cambio son específicos de cada cerebro. Eso explica que empresas como el Proyecto Cerebro Humano de la Unión Europea (1.190 millones de euros) se vayan al garete. ¿Eres capaz de hablar de la inteligencia humana sin aplicar la metáfora del procesamiento de información?