Todos conocemos la historia de Ana Frank, una niña judía que se ocultó de los nazis en un zulo de un edificio de Ámsterdam durante dos años y medio, junto con sus padres y su hermana. Durante esos años, Ana escribió su diario. La Gestapo detuvo finalmente a la familia y la llevó a diferentes campos de concentración, donde todos murieron, excepto el padre, Otto Frank que regresó a Ámsterdam, recuperó el diario de su hija, y consiguió que se publicara por primera vez en 1947. En 1963, Otto Frank crea el Archivo Anne Frank, una fundación suiza que se ocupa de la gestión de los derechos de autor del libro así como de la explotación comercial de las imágenes de Ana. Otto murió en 1980, y desde entonces la fundación suiza es la heredera única de los derechos del libro, que dice utilizar para proyectos solidarios y de educación. El próximo año 2016 se cumplirán 70 años de la muerte de Ana, lo que suponía que en muchos países europeos (incluído España, artículo 26 de la Ley de Propiedad Intelectual) expirase el copyright sobre el libro. Sin embargo, la fundación suiza ha iniciado una sucia campaña para intentar extender el periodo de vigencia del copyright sobre el libro, apoyándose en un argumento: Ana no sería la única autora de los diarios, sino que su padre Otto sería «co-autor», al ocuparse de editar los cinco volúmenes de manuscritos originales que dejó Ana, lo que según la fundación computaría como «trabajo creativo» protegido por copyright. De este modo, el copyright se extendería hasta 2050, setenta años después de la muerte del padre. O aún más tarde si también se tiene en cuenta a Mirjam Pressler, una editora todavía viva que realizó en 1991 una nueva versión de los diarios con el permiso de la fundación. La fundación suiza ya ha empezado a enviar avisos a las editoriales, advirtiendo de que no tienen su permiso para publicar a partir de 2016 los diarios sin pagar royalties. En contra de este movimiento se ha posicionado la organización Anne Frank Hose, que se encarga de gestionar el museo de Ana Frank en Ámsterdam, y que considera Otto no es co-autor de los diarios y que su trabajo se limitó a recopilar material escrito en exclusiva por su hija, un trabajo puramente editorial. Algunos ya califican a la disputa como un caso de Copyfraude. Más información en el New York Times y en la postura oficial de la fundación suiza. Más opiniones en ArsTechnica. En EE.UU. el copyright expirará en 2047, 95 años después de la primera publicación del libro en territorio estadounidense.