Neil MacFarquhar escribe en el New York Times sobre las dificultades que está teniendo el Yotaphone 2 para hacerse un hueco en el mercado. Es un ‘smartphone’ con Android que tiene una pantalla ‘normal’ y otra de tinta electrónica para mostrar información de refresco lento sin gastar apenas batería. El diseño es ruso y finlandés y la fabricación en Singapur. A pesar de las capacidades técnicas, ha sido criticado por usar Android 4.4 y porque pocas aplicaciones usan la pantalla de tinta electrónica. El precio de 599 euros también es un obstáculo. MacFarquhar aprovecha este ejemplo para comentar sobre las dificultades de los inventores rusos para convertir sus conocimientos en productos de éxito.

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