Andrés París, alumno de bachillerato ha participado este verano en 3ª edición del programa Campus Científicos de Verano que organiza la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, con la colaboración de 16 Campus de Excelencia Internacional y Regional y el apoyo de Obra Social “la Caixa”.

Inauguramos de esta manera una nueva sección en nuestra web denominada «Experiencias» en la que invitamos a nuestros alumnos a compartir con nosotros su vivencias y sensaciones cuando particpan en las diferentes actividades que se ofertan desde nuestro centro.

Desde el momento en el que cerré el cuestionario de admisión creía tener la certeza de que no me iban a coger para lo del campus y por ello me llevé una grata sorpresa cuando me informaron que me equivocaba. En principio no quería ir, pero entre profesores y gente de confianza al final me empujaron a hacerlo. Nunca había estado en un campamento, mucho menos científico, y mucho menos sin nadie que conociera.

Solo éramos 28 participantes y poco a poco fuimos llegando a la residencia donde conviviríamos cinco días. Al principio el ambiente era muy tenso e intelectual. Cada uno teníamos en la más alta estima a todos y todos a cada uno, era como si nos rodeara una atmósfera de respeto colectivo.

Nos separamos por proyectos: Química, Biología, Física y Matemáticas. Siete por grupo. Estuve en el de química con un nerviosismo impropio de mí, nunca había estado en un laboratorio de química y solo quería salir de allí sin romper una probeta. Poco a poco, con ayuda de los químicos que estaban estudiando en la universidad y del profesor, fuimos capaces de sacar las prácticas adelante. Prácticas de cuarto de carrera que al final tuvimos que exponer delante de todos siendo nuestro proyecto el que ganó el premio a la mejor presentación.

No solo hacíamos ciencia, también había salidas: a la playa donde practicamos piragüismo por el mar y esnórquel; a un parque tecnológico donde hicimos un pequeño taller de robótica; y a conocer turísticamente la ciudad de Bilbao. Por las noches, de manera ilegal, un par de compañeros y yo creamos hasta un club de poesía.

Fue muy intenso. Por primera vez tuve que poner todos mis conocimientos adquiridos en la investigación real. Por primera vez me relacioné con personas que tenían temas muy alejados del común pensamiento juvenil. Por primera vez me sentí realmente cómodo en cuanto a libertad de expresión y razonamiento. En resumen fue poco tiempo, pero como tantas veces se ha dicho (será por algo), fue una experiencia inolvidable.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies