Nos llena de alegría compartir que el huerto y el jardín de Infantil están más bonitos que nunca. Esto ha sido posible gracias al cariño y la experiencia de los abuelos y abuelas que, semana tras semana, dedican su tiempo a cuidarlo con esmero.
Cada visita suya es una lección viva: no solo plantan semillas en la tierra, sino también en el corazón de nuestros pequeños, regalándonos consejos llenos de sabiduría y ternura.
Gracias por hacer de Salesianos Atocha un lugar donde dos generaciones aprenden juntas y crecen en armonía.
