Os echamos de menos amigos.

Todavía no han acabado las visitas y os echamos de menos.

Echamos de menos a Tomás, el inquilino más infantil de todos. Tomás es ciego y muy cariñoso siempre está chocándonos la mano y se ríe por las bromas y cosquillas que le hacemos. También le encanta jugar con  su amada pelotita del  Real Madrid  con nuestra amiga Marina .Pero lo que más le gusta son las carantoñas , los besos y los abrazos.

Echamos de menos a José  Antonio , el ciego y autista de andar torpe , pero de memoria prodigiosa para todo tipo de canciones.  ¡Cómo disfruta nuestra amiga  Ángela cantando canciones de siempre con él ¡

Echamos de menos  a Víctor, autista ,alto y desgarbado que como anda como una marioneta borracha debemos llevarle en silla de ruedas y no parar ni un segundo pues se baja como una escurridiza anguila y luego no hay quien le suba.

Echamos de menos a Cristino, un autista que la afecta la primavera, pero no por el polen. Se pone como una moto y las cuidadoras le han vendado las manos para que no se toquetee  la entrepierna todo el rato. Nuestra amiga Marta le intentaba calmar como podía su tensión nerviosa en el paseo por la casa de campo, pero como si nada.

Echamos de menos a Antonio, autista delgadito y silencioso que anda todo el día tocándose la oreja  y que cuando llegamos se tumba en el sofá y se deja acariciar como  un cachorrito por nuestro amigo Javier.

Echamos de menos a Jesús, autista de los que hay que vendar la mano y que se balancea como un boxeador. Parece que no se entera de nada pero ojo con él ,pues el otro día en un descuido de un segundo se comíó una flor de lila que llevaba en la mano de un bocado digno de un camaleón.

Echamos de menos a Antonio, autista que cuando le apetece se alivia donde quiere y que el otro día  nos espantó al tirarse una sonora ventosidad, pasarse su mano por el trasero y a continuación pasársela por la cabeza. Con cara de asco le dijimos que era un poco cochino, pero se quedó igual.

¡ Vaya tropa! ¡ Bendita tropa!

Os damos las gracias por dejaros querer. Por ser tan inocentes. Por darnos cariño. Por hacernos  parecer buenas personas. Por darnos alegría de vivir .Por hacernos parecer que mejoramos un poquito  este planeta. Por darnos vuestra amistad. Por dejad que os amemos como hermanos. Por ser más felices al estar a vuestro lado.

Muchas gracias amigos del Pabellón Azul. Y también muchas gracias Don Orione y su amigo Don Bosco, que seguro que desde el cielo nos animaban con su carisma de dar caridad y tener paciencia y dulzura.

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Rafael Balbás Lucio.

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