“Al final del camino nos juzgarán en el amor” Amor, esa es la clave del cristianismo. Amor, esa es la clave de la felicidad. Cuando en el prójimo vemos a Cristo, como hacía la madre Teresa de Calcuta que veía a Cristo entre los más pobres de los pobres de ese rincón miserable de la India, estamos muy cerca de la santidad. Santidad, pero que palabra más carca ¿ Yo me voy a convertir en santo ? ¿ Pero de qué vas? Pues sí , todos estamos llamados a la santidad. Además si ser santo es facilísimo. Todos tenemos defectos, de acuerdo. Pero podemos hacer algo para pulirlos. Y es fácil sonreir .Es fácil ayudar a tus compañeros. Es fácil ser bondadoso. Es fácil respetar a tus padres ,hermanos, colegas y profesores ( Bueno reconozco que con el tema de los profesores es más difícilillo, pero no imposible ) Y es fácil ser amable y educado con todo el mundo. Y cuando caemos y nos alejamos de Dios es fácil pedir perdón a nuestros semejantes y a Dios, si dejamos a un lado nuestro orgullo. Y cuando tenemos que llevar nuestras cruces podemos aceptarla y ofrecérsela a Jesús, porque cruces tendremos unas cuantas.” El que quiera seguirme que coja su cruz y me siga “dice el Evangelio y si la aceptamos se convertirá en una crucecita hecha con dos ramitas.
Además en los diferentes momentos de nuestra vida nos vienen a nuestro camino oportunidades para ejercer el amor al prójimo. En mi caso una fue el voluntariado de Don Orione. Un fenomenal sitio para ejercer la caridad. Un lugar de encuentro con muchísimos cristos. “ Cuando estuve enfermo me visitasteis “ dijo Jesús. ¡ Qué limpio de corazón sales después de estar con ellos!